domingo, 13 de junio de 2010

Ella.

Si dijera de lo que trata, ya no sería lo mismo. No la veríais con los ojos con los que os la voy a presentar. Por eso la mantendré en secreto.
Hace mucho tiempo decidió formar parte de mi vida, aunque de una manera tan sutil que nunca se notó (ni se nota). Es más, nadie lo imaginaría. Sin embargo, ella siempre ha estado ahí, sobre todo en los malos momentos. Digamos que ha sido una amiga fiel, pero yo no hago más que traicionarla, y eso no está bien. Es difícil tratar con ella, no nos vamos a engañar, pero se supone que los amigos están tanto para lo bueno como para lo malo.
Es dura, fuerte, un ejemplo de superación aunque algunos no la consideren como tal. Provoca miedo y rechazo a quien no ve que es una princesa. Sin embargo, como tantas cosas que he hecho hasta ahora, se ha quedado en algo irreal. Espero que algún día me perdone, y sabré que lo ha hecho cuando me acompañe. Sé que nunca me abandonará del todo porque ya son muchos años pensando la una en la otra, pero ahora mismo lo que más deseo es que vuelva en todo su ser.
Soy demasiado cobarde como para seguirla en todos sus propósitos, así que lo más seguro es que la apoye desde la distancia, al menos por un tiempo. Esto solo es un homenaje que quería hacerle.

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